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¿Dónde empieza un triunfo?

Es difícil responder esa pregunta. Supongo que siempre empieza con el ser. Triunfamos cuando nos acercamos a ser lo que queremos ser. Ponemos el esfuerzo, la vida los resultados. Carneros […]


Es difícil responder esa pregunta. Supongo que siempre empieza con el ser. Triunfamos cuando nos acercamos a ser lo que queremos ser. Ponemos el esfuerzo, la vida los resultados.

Carneros aspira a ser el equipo que más corre. Ganaremos o perderemos, pero corriendo. Creo que el triunfo empieza con la decisión de nuestro presidente de que Carneros vuelva aspirar a esa identidad.

Así viajamos a Barranquilla, pero los cambios toman tiempo. Cuando se es el equipo que más corre, los finales son la fortaleza. El torneo de Barranquilla se nos fue, una y otra vez, en los últimos minutos.  Además, nos salió costoso. Perdimos a Gonzo y parcialmente a Juancho, que pudo terminar la temporada gracias a los avances de la farmacología y a qué tiene un corazón más grande que el castillo de San Felipe.La siguiente semana partido contra Jaguares, que siempre es duro. El resultado se da, aseguramos nuestro puesto en semifinales, pero perdemos a Jorge y a Parra, dos generales. En el siguiente partido a Polo nuestro capitán, y en un entrenamiento sin contacto Yeison, el más serio del grupo, se rompió la boca. Así es el rugby, oportunidad para otros.

Semifinal contra Jaguares, con Polo y Yeison recuperados. El partido empieza bien, pero un penal, un error en una recepción, y muy pronto estábamos abajo. Otra vez, a remar desde atrás. En medio tiempo un par de cambios, y el cuchillo entre los dientes.

El equipo puso la defensa, pero los partidos cerrados requieren algo más. Todos lo sabemos, si estamos en problemas, el balón a Juancho. Esta vez no fue diferente, y una vez más, por 20 años seguidos, cómo la crema de dientes, que siempre puede dar un poco más, try de 40 metros. No fue fácil, pero estamos en la final junto con desarrollo.

La final sería contra Minotauros que venía de meterle 70 puntos a Barbarians. Para ser el mejor, hay que ganarle a los mejores, ellos lo son.

En el mundo del deporte nada es regalado. Nuestros delanteros lo saben, y durante la semana llegaron temprano para preparar las formaciones. Son más pesados, con la evidencia no se puede discutir. El martes entrenamos el punto de contacto, el jueves el plan de ataque. Como Nueva Zelanda vamos a abrirla, y como Sur Africa vamos al cielo con el pie.

Antes de empezar desarrollo nos dio la alegría de ser campeón y nos puso el reto de no quedar atrás.

Desde el principio se sabía que el partido se iba a definir en la última jugada. Por eso, cómo el río que lentamente pule la piedra, fuimos llegando. 3-0 a favor, 6-0 a favor. Pero la consistencia es una cualidad esquiva. Penal, line de ellos dentro de nuestras 22, la pelota sale sucia, hay una duda en la defensa, Pablo no alcanza a bajar a su centro, try debajo de los palos 7-6. Pero este equipo se recompone, volvemos a llegar, cometen penal 9-7 a favor. Nos atacan, cometemos errores, un nuevo penal nuestro y ellos facturan, 10-9 perdiendo. Los buenos equipos, los que tienen fuego, al verse abajo mejoran. Este fue nuestro mejor momento. Vamos a las puntas, ponemos ritmo, chocan nuestros delanteros. Un penal que pudo ser de tres puntos decidimos jugarlo. Fase uno, fase dos, ahora sobramos. Otra vez a Juancho, pero esta vez lo paran, alcanza a dársela a Lucho, y es Lucho, el más vago de la clase, el que termina anotando nuestro único try en la final. El mundo a veces es así. El try es en la esquina, pero esos no son problemas para el Uru. Conversión por el centro de los palos, 16-10 y ahora solo nos toca aguantar. La salida es clave decimos todos. Pero todavía quedaba mucha emoción. Knock on dentro de  nuestras 22, a defender el ingoal con alma y vida. Scrum, penal fácil de convertir pero ya no les alcanzaba. Activan, tackle, tackle, tackle, y ahora están sobrando. Lo hemos hablado mil veces, eso de barrer es de los ochentas, cómo Sur Africa vamos a presionar duro, si nos sobran que nos sobren. Intercepción, patada de 80 metros y scrum a favor en las cinco de ellos. Solo tenemos que aguantar acá, o salir con tres puntos y el torneo es nuestro. Pero contra Minotauros las cosas nunca son así. Defienden bien, cometemos penal y les damos vida. A nosotros ya se nos nota el cansancio, no pasamos el ruck, nos sobran, balón a un velocista, y a recogerla debajo de los palos. 17-16 perdiendo y un minuto por jugar. Salida de centro,  y todos pensando en cómo recuperarla. El Uru la pone alta, tienen problemas en la recepción, tackle, se demoran en limpiar,  llegamos a la pesca y nos dan el penal.

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¿Cuántas veces ha estado el Uru en frente de palos definiendo una final? ¿En qué pensará? Qué rondará su cabeza, en esa soledad, mientras pone las manos al frente, mira el balón, los palos y de nuevo el balón antes de una patada perfecta. ¿Será que duda?, ¿pensará en la posibilidad del fracaso? O le pasará como a nosotros, que cuando lo vemos ahi, nos parece fácil y contamos más tres.

La belleza de la rutina, el lunes hay que trabajar, el martes en la noche entrenar, después del día viene la noche y el Uru sumó tres más en la última jugada. 19-17 tiempo terminado. Bastaba con que no se nos cayera y la botáramos afuera. Si se nos caía, que no la recogiera alguien adelante. No podía ser, si existe alguna forma de sufrir más, Carneros la va a encontrar.  Salida de centro, knock on y la toma alguien adelante. Penal, el partido no puede terminar en penal. Scrum, penal, scrum, penal. Finalmente sale, Vincent presiona, knock on. Por fin campeones. Carneros ahora más hermanos que antes.


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