¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene?

Mi nombre es Alfonso Felipe Castañeda Feletti (Foi). Tengo 44 años.

¿Cuéntenos un poco de su vida… (dónde proviene, dónde vivió, dónde estudió o trabajó)?

Nací en Bogotá, hijo de argentina y colombiano, viví en Buenos Aires, en Santiago de Chile y en Roma. Estudié publicidad en la Tadeo y arte en los Andes. Trabaje en BBDO, fui profesor en Chile de publicidad y en Bogotá en la Tadeo Lozano y entrenador de Carneros desde 1998. Soy dueño de mi estudio de diseño desde 2000, en la actualidad dedicado al diseño editorial y a la fotografía para arte.

¿Cómo conoció el rugby? ¿Hace cuánto lo practica? ¿Dónde empezó a jugarlo?

Conocí el rugby personalmente en 1987 por una novia que estudiaba en el Liceo Francés y tenia un grupo de profesores que practicaban en el Bogotá Sport Club o Club Ingles de Bogotá. Desde ese momento practiqué el rugby en todos los niveles; como jugador, entrenador, dirigente, selección, promotor, etc. durante 18 años. En la actualidad lo practico de manera informal desde un equipo que funde que se llama Old Spirit Rugby, donde el único requisito es querer el juego y entender el rugby como algo que va mas allá del simple hecho deportivo.

¿Qué fue lo que más le gustó de este deporte?

La idea del trabajo mancomunado; la posibilidad de poder estar en una batalla real, la rudeza, la fuerza, la destreza, la honestidad en todos los niveles.

¿De qué posición comenzó jugando?

Siempre jugué de primea línea, en los inicios y cuando era muy joven fui dos. Con el paso del tiempo me volví pilar tres, puesto que desempeñe hasta mi retiro

¿y actualmente…? ¿Practica otras disciplinas complementarias?

Social –touch-, tres cuando toca. Bicicleta, voy al gym, pub…

¿Por qué le gusta el rugby?

El rugby me gusta por su honestidad; porque es inclusivo. Me ha ensañado  a conocer a la gente como es; por permitirme entender la batalla, por haberme dejado sentir el olor a tierra, pasto y sangre al lado de hermanos probados que amare por siempre. Por haberme permitido conocer sin duda alguna a muchas de las mejores personas que conozco en esta vida. Amo el rugby, porque nunca me dejó solo, porque me acompaño en todos los momentos, porque me permitió crear de la nada a Carneros al lado de verdaderos hermanos, dándome la invaluable oportunidad de retribuirle a él (rugby) algo de lo que me dio, extendiendo esta bella forma de vida a muchas personas que hoy de seguro entienden el rugby de una manera responsable y cabal, y que muy seguramente les permitirá ser mejores personas en su vida, tal y como me paso a mi gracias a aquellos franceses del “Club Ingles” que abrieron para mi las puertas de este universo.

¿Tuvo oportunidad de dedicarse a otro deporte?

Si!, antes del rugby jugué en el colegio basquetbol (obvio por mi tamaño no tenia cabida en el futbol), practique artes marciales por mi papá. Hice mucho ciclocrós y monte bastante tiempo a caballo, en donde gracias a mis instructores militares aprendí a manejar a treinta personas en un entrenamiento de rugby (risas).

¿Cuál fue la razón de crear Carneros?

La razón principal para crear Carneros fue la idea fija de retribuirle al rugby por todo lo que me había dado y sigue dándome. Por otro lado, porque cuando regrese de Chile, y luego de ver todo el desarrollo que había allí en rugby, decidí crear la Liga de Rugby de Bogotá, y para esto tenia claro que había que formar nuevos equipos.

¿Y cómo surgió esta idea?

La idea surgió un día que tuve que inscribirme en la Universidad Católica de Chile al equipo de rugby y me atendió un señor de traje y corbata en una oficina dedicada exclusivamente al rugby; luego cuando tuve que pagar y comprar un seguro para poder jugar, luego cuando llegue a un entrenamiento en el que habían cinco entrenadores especializados y mas de cien personas dispuestas a entrenar!, ahí entendí que este deporte que tanto me gustaba y que empezaba a amar, merecía mas que simplemente ser jugado cada quince días solo por las ganas de jugarlo y sin ninguna clase de entrenamiento, formación, desarrollo y mucho menos, sin ninguna expectativa seria de crecimiento. Y fue ahí cuando entendí, que si quería que esto creciera, había que hacerlo SERIAMENTE!

¿Y su sueño era..?

Mi sueño era llegar un día a un entrenamiento de Carneros y que nadie me conociera. Esto habría significado, como evidentemente significa, que Carneros, que el rugby en Bogotá, había podido sobrevivir sin mi!, y lo que era mas importante aún, que mi idea de formar entrenadores, dirigentes, capitanes, etc, se habría establecido, haciendo que la generación fuera automática, asegurando que el rugby se extendiera mas allá de las personas “al frente”.

¿Cómo fueron los primeros días de Carneros?

Carneros nunca, pero nunca fue el último; desde el comienzo nos distinguimos por estar tan juntos, por ser tan amigos, por estar perfectamente uniformados –aun sin tener uniformes-, por entrenar dos veces a la semana –lo que en esa época era inusual-; desde el primer día nos preocupamos ante todo de ser amigos! Tal vez por eso jamás nos abandonamos; el primer entrenamiento de Carneros fue en la Javeriana, yo deje una lista para que la gente se inscribiera en la “Caneca”, que era el actual Centro Deportivo –en noviembre del 97-; el encargado de deportes al que le decían el “Quakero” no estaba muy convencido de la idea, ni creía en el proyecto, así que ni me dejo poner mi nombre , ni mi teléfono, ni mi mail (aunque ceo que en ese momento no tenia) en la lista de inscripción, eso si, me dejo pegar afichitos por toda la universidad en donde sencillamente invitaba a inscribirse en una lista para “aprender y jugar rugby”. 15 días después de dejarle la lista a Flor –la secretaria de deportes-, me enteré –sorprendido y excitado- que tenia 30 personas inscritas (como dato anecdótico, un tipo de los Andes se atrevió a reclamar dicha lista para llevarse a estos inscritos al “Bogotá Rugby Club” -equipo que yo también había fundado dos o tres años atrás, acto que le valió una buena reprimenda de mi parte-).

Los siguientes días de Carneros fueron en la avenida 68 con calle 63 a las 8pm a donde logre que el I.D.R.D. me prestara una cancha para poder hacer los entrenamientos, practicábamos con dos balones marca O´neill que una amiga me trajo, y que yo por “cuidarlos” lavaba cada vez, así que los balones siempre estaban limpios, pero rápidamente perdieron el grip. Como yo nunca había sido mas que un primera línea y no me sentía “entrenador” invitaba amigos que tenían mas experiencia que yo, como: Gilles Fauveau, o Marc Criado, etc, quienes mientras le daban forma a los entrenamientos, me ayudaron a formarme y a entender que fuera de la primera línea, existía un universo completo y que habían posiciones de juego muy especializadas -como los medios o los tres cuartos-, que requerían de un conocimiento muy especializado para poder formarlos correctamente, lo que también me llevó a empezar a leer mucho sobre rugby, coaching y a apoyarme en la Federación Argentina de Rugby, quienes no solo me enviaron grandes cantidades de información, si no que además, como apoyo a este proceso, empezaron a enviar misiones de desarrollo, con personas importantísimas del mundo del rugby tales como el Señor “Yankee Braceras” (Jorge Braceras), que era el desarrollador del I.R.B. para Suramérica, a quien tuvimos la suerte, incluso, de tener en los Andes meses después –como anécdota el se llevo las camisetas de Carneros y de Jabalíes que le mandamos a hacer en agradecimiento por su visita-

¿Por qué creo este equipo?

Creé Carneros por amor, por convicción, por agradecimiento al rugby y todo lo que este hizo por mi, porque hay que retribuir; porque vale la pena que la mayor cantidad de gente posible conozca esta hermosísima forma de vida y entienda –en un país como Colombia- que la cultura del éxito fácil, de ganar a toda costa, de la mediocridad, simplemente no pueden ser y que ante todo esta y existe el juego limpio, el sacrificio, el respeto y agradecimiento por el oponente y un altísimo sentido de responsabilidad y entrega para por mi equipo.

Diré, además, que Carneros siempre fue un equipo ganador y que le dio ejemplo a todos los equipos sobre cómo se hacían las cosas, y que en 1998 a pesar de su absoluta inexperiencia y de competir con equipos muy pesados y experimentados, como el “Bogotá” o Barbarians (en el que solo habían ingleses criados en dicha cultura), jamás fuimos últimos ni ganamos una “cuchara de palo”. Sin embargo, el camino a ser “campeones” no fue tan largo considerando nuestra juventud, de tal manera que en: 98/1 fuimos quintos y le ganamos al Capital R.F.C. integrado por jugadores muy pesados, mayores y experimentados (quintos de seis equipos, pero no los últimos); en 98/2 fuimos cuartos; en 99 /1 no llegamos a la final por diferencia de pts. con Barbarians; en 99/2 fuimos 3eros; en 2000/1 fuimos campeones del Torneo Apertura en la cancha de fútbol de los Andes; en 2000/2 fuimos sub-campeones del Torneo Finalización; en 2001/1 fuimos campeones nuevamente del Torneo Apertura de la L.R.B.; en 2001/2 fuimos sub-campeones, y en adelante creo que a punta de esfuerzo, sacrificio, compromiso, disciplina y una cultura enraizada en un proceso serio en el que ganar no era la meta, Carneros Andes R.F.C. siempre estuvo a la vanguardia en todos los niveles del rugby colombiano y en un proceso serio de crecimiento y desarrollo constantes que pienso sobrevive hasta estos días. Aunque debo confesar que para mi el tema de ganar es inocuo, ya que creo que el rugby es mucho más que un partido o un campeonato, de tal manera que mi idea y concepción del rugby es que ante todo Carneros es un medio para “educar, formar y divertir” a personas que incluso hoy en día no conocemos, pero que al igual que Uds. llegaran más adelante; personas que tienen el mismo derecho a sentir este espíritu amateur y noble. Y esto –para mi- es lo único que vale!.