Hoy en día, creer que el Rugby simplemente se limita a un deporte practicado, por unos cuantos masoquistas amantes del dolor, es desconocer la esencia de una cultura que ha trascendido continentes y que por su estructura de valores, ha sido de gran funcionalidad en muchos lugares del mundo.

Vivir el Rugby es una pasión compartida por quienes lo practican y quienes acompañan y que han aprendido que tras de las caídas, hay levantadas, tras los golpes, hay abrazos y tras las batallas de 14 o de 80 minutos, existe algo majestuoso denominado “Tercer Tiempo”, un ambiente lleno de fraternidad y respeto (Increíble pero cierto), un deporte en el que velar por la integridad del contrincante es primordial.

Este deporte inclusivo, practicado sin limitar condiciones físicas, credos, razas, culturas o géneros, ha tomado gran poder y ha dejado de ser practicado por unos cuantos a tocar puertas en sectores donde ni siquiera sabían que existía y que este desconocimiento le había negado a muchos la dicha de jugar con la ovalada, de entender cuanto se disfruta por avanzar metros y cuanto duele perder al menos uno, de lograr el desarrollo de un trabajo en equipo, de buscar objetivos en común. Describir la infinidad de cosas bellas que el rugby posee es un trabajo arduo, pues llegan a ser ilimitadas. Esto es algo que conocen a fondo quienes han hecho del Rugby su estilo de vida y que de este modo le han dado aplicabilidad en su quehacer diario (Dentro y Fuera de las Canchas).

Pues bien,  para aquellos que no lo saben, o no lo sabían, la introducción a este artículo les permitirá adentrarse un poco a este deporte y comprender por qué su práctica ha presentado un incremento significativo en Colombia como en otros tantos países en el mundo y ha sido usado no solamente como especulo, sino que muchos han aprovechado todo de este para usarlo en pro del beneficio social. En Argentina, la vinculación de Niños y Jóvenes en Condición de Discapacidad Mental Cognitiva y en especial de Niños con Síndrome de Down, el Proyecto Alcatraz en Venezuela, los programas en Antioquia en los barrios vulnerables, evitando el incremento de la delincuencia y generando nuevos talentos, son gran ejemplo de su funcionalidad en aspectos de resocialización y de inclusión y es una muestra de que incluirlo en la sociedad con fines sociales y terapéuticos, permite resultados positivos significativos.

En Bogotá, algunos jugadores del Rugby han hecho su aporte, con el desarrollo de algunos programas ya conocidos, como lo son la Fundación Colombianitos, liderada por Oscar Forero, Aliancitos Usme cuyo ideólogo es Edward Yañez y Génesis Cancerberos en Suba por Juan Guillermo Duarte, son algunos de los tantos que buscan aportar en la calidad de vida de los más necesitados, mediante la práctica de este deporte.

Por otra parte la creación del Programa terapéutico denominado “El Rugby Como Estrategia Terapéutica Para la Regulación Comportamental en NNA y Adultos con Diagnósticos de Discapacidad Mental Psicosocial”,  ha sido en Bogotá quizás el inicio de la inclusión del rugby en procesos de atención terapéutico psicológico en Niños, Niñas y Jóvenes con diagnósticos comportamentales significativos (TDAH, Oposicional Desafiante, Disocial, Antisocial, entre Otros), generando en ellos un decremento importante en la emisión de conductas desadaptativas (entiéndase como conducta o acto fuera de la norma), el desarrollo de Habilidades Sociales, la creación de habilidades para el trabajo en equipo, la resolución de conflictos, el incremento de la Autoestima y la expresión asertiva de emociones, además de despertar amor e interés por la práctica de este.

Este proyecto en el que se han beneficiado un grupo aproximado de 40 Niños y jóvenes con Diagnósticos Comportamentales y algunos con Discapacidad Cognitiva, con edades comprendidas entre los 10 y 21 años de edad, que se encuentran institucionalizados en la Asociación Hogar Para el Niño Especial (Prestadora de servicios de protección para el ICBF), ha favorecido no solamente la expansión del Rugby, sino también la generación de resultados positivos dentro de su proceso terapéutico, generando impacto en este grupo poblacional, quien ve este deporte como actividad de preferencia y generando proyectos de vida que lo incluyen en su quehacer.

La idea de este proyecto partió de la necesidad de incluir técnicas novedosas de intervención en el área terapéutica y el interés de propender los principios del Rugby en la comunidad, dado que en este tipo de población presenta falencias en relación al reconocimiento de normas y limites, control de impulsos, habilidades sociales, tolerancia a la frustración y el seguimiento instruccional, entre otros. Así mismo, al ser un deporte de contacto y que requiere de resistencia física, se buscó implementarlo para la regulación de sus niveles de inquietud motora y la modulación de su estado comportamental.

De este modo, se inició con el reconocimiento del balón, y la presentación del deporte mediante la exposición de videos de contenido técnico y algunas películas, generando la motivación de los Niños y Jóvenes por la práctica del Rugby. Posteriormente se trabajó en la actividad física y de coordinación motora, y técnica de juego, lo cual teniendo en cuenta las dificultades propias de sus patologías, en algunos de los casos se requirió de la explicación constante de los diferentes ejercicios, a tal punto que se logró explotar habilidades sociales y de liderazgo, además de favorecer en aspectos cognitivos de orientación, atención y lenguaje.

En la fase siguiente se trabajó en aspectos relacionados con el tackle, siendo este fundamental para el desarrollo de habilidades de autocontrol y respeto por la integridad del otro. Además de convertirse en el ejercicio de mayor interés y practica en las sesiones o entrenamientos realizados. Generando un decremento significativo en la emisión de conductas heteroagresivas (agresión a terceros) y la modulación de su comportamiento frente a situaciones problema, adquiriendo estrategias de resolución distintas a generar conflicto.

Por último, es evidente que los resultados del Rugby dentro de procesos terapéuticos, de inclusión y de resocialización son efectivos, en la manera en que se realice supervisión, a fin del mantenimiento de lo obtenido (Constancia). Por lo que se considera importante evaluar la viabilidad de tocar campos más allá de los deportivos y generar sensibilidad en los practicantes de este deporte, de que aun fuera de las canchas la aplicabilidad del rugby, sus principios y sus enseñanzas, pueden ser utilizados en pro del beneficio social.

En conclusión, evaluar al Rugby meramente como un deporte de contacto, practicado por unos cuantos, es desconocer sus principios y valores, aquellos que en muchos casos se han perdido por una ambición de “ser” en vez de “Hacer”, por lo tanto hago una invitación especial a todos aquellos que hemos sido bendecidos por esta pasión a que actuemos de acuerdo a lo que hemos aprendido y sigamos la cadena de enamorar a más y más personas de esto nuestro querido RUGBY.