Se vienen los olímpicos. Quizás tengan razón aquellos que dicen que el deporte no sirve. Quizás tienen razón los padres que prohíben a sus hijos ir a entrenar porque el colegio no va bien. Es más útil saber las tablas que hacer veintiuna, montar bicicleta o jugar al rugby. Es cierto, es más importante la economía, el salario mínimo, la reforma tributaria.
Tienen razón, pero seamos honestos, nada enseña, nada emociona, nada une, nada nos hace soñar como el deporte. Y se vienen los olímpicos.
Como colombianos nunca antes habíamos tenido tantos deportistas. Está Mariana Pajón, Caterine Ibargüen, Jarlinson Pantano y nuestra selección de fútbol en ambas ramas. Son 147 y cada uno merece su propio escrito y una estatua. En el mundo del deporte nada lo regalan y todos ellos ya nos han dado mucho. Este, sin embargo, va para las Tucanes, nuestra selección de rugby femenina.
La historia es digna de Hollywood. Un grupo de niñas que decide jugar un deporte de contacto, un grupo de niñas que decide entrenar, sudar, sufrir y soñar. El sueño, jugar en los olímpicos; el tema, tres años de ciclo olímpico para prepararse; el final feliz, lo estamos viviendo. Desde el principio se sabía que todo se iba a definir en un partido de 14 minutos contra Argentina. Así es el deporte, tres años de preparación, buscando el equipo, mejorando, entrenando, todo para 14 minutos. Así es el deporte, toda la vida por un segundo, toda la vida por el segundo perfecto. El momento finalmente llegó. Argentina era favorita, había ganado los últimos encuentros, tienen el mejor rugby del continente, y nuestros mejores entrenadores viajan a Argentina con la ilusión de aprender algo de ellos. Pero ese día no, estas niñas no, ese día la lección sería nuestra.
El partido fue la puesta en escena de aquella antigua fábula que todos sabemos y pocos aprendimos. La fábula de La Liebre y la Tortuga. Como todos esperábamos el partido es apretado. Siete – cinco a favor de Argentina y unos pocos minutos por jugar. De repente Argentina escapa e ingresa al ingoal. Si anotaba el partido estaba terminado.
“La tortuga, a su lento paso, no dejaba de caminar y caminar hacia la meta. En cambio la liebre, corrió tan rápido que dejó muy atrás a la tortuga. Al voltearse y ya no ver a la tortuga, la liebre vio segura su éxito sobre la carrera, y decidió echarse una siesta”
En un descuido de la Argentina, y mostrando el corazón de este grupo que no baja los brazos a pesar de ver la liebre lejos, la alcanzan, la tacklean y la sacan del ingoal. Colombia ataca, un poco de magia, try, y ahora Colombia está arriba.
Argentina tendría una oportunidad más, pero este equipo no iba a dejar ir su ventaja y de tortugas pasaron a leonas.
“Cuando la liebre se despertó, vio con pavor que la tortuga se encontraba a una corta distancia de la meta. En un sobresalto, salió corriendo con todas sus fuerzas, pero ya era muy tarde:”
Colombia a los olímpicos, Colombia entre los más grandes.
Ahora de nuevo, las Tucanes tienen carrera. Se van a enfrentar a liebres, y se han preparado de acuerdo a la ocasión. Han hecho todos los sacrificios, han dejado en pausa los trabajos, y el estudio para llegar. Temas importantes y útiles, pero pequeños al lado de los sueños.
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