El deporte está lleno de hombres y mujeres que de la dificultad han construido grandeza. Nuestro Carneros tiene eso, tiene el fuego sagrado, tiene la capacidad de renacer.
Imagine un entrenador frustrado porque no logra que las niñas entrenen. Imagine la lluvia en un parque vacío. El corazón roto, el sentimiento de que esto no va más. Imagine otro hombre que recibe ese problema con ilusión.
Ahora imagine la construcción. Poco a poco, ladrillo a ladrillo, como el albañil que construye. También piense en las críticas, en la gente hablando de cómo deberían ser las cosas.
Imagine que en ese momento en un equipo de 7 se van 5 titulares. Imagine verlas con otros colores, sentirlas mejores, perder contra ellas. Piense en la frustración, y la rabia y siga construyendo. Ladrillo a ladrillo como el albañil paciente.
Imagine ver cómo poco a poco se construye esa pared. Imagine la ilusión de espectadores al ver que algo está creciendo.
Piense en un equipo que pasa de cuarto y debe enfrentar al favorito. Imagine los tackles, el corazón, y un try ganador de toda la cancha en la última jugada.
Para terminar, imagine una final cerrada que se define por una patada.
Imagine un equipo que nos enseña y nos alegra.
Gracias negro,
Gracias niñas.
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